Muchas personas disfrutan de una bebida sin llegar a una adicción. Las personas que han desarrollado un problema más seria con el consumo de alcohol pueden pueden pensar que no son adictos, después de todo, el alcohol es una sustancia legal, fácil de encontrar para los adultos.
La línea entre tomar unas copas como parte de una experiencia social y tener una adicción a las bebidas alcohólicas se reduce a si la bebida es algo que «tienes» que tomar o es algo que «quieres» tomar. Una persona que disfruta de una bebida controla su consumo y en el caso de un alcohólico, la bebida le controla.